Desde hace décadas, la imagen de unas masas
enfervorizadas que toman al asalto el Palacio de invierno de Petrogrado
constituye uno de los iconos no sólo del comunismo sino de las izquierdas de
todo el mundo. En semejante cuadro quedaría consagrada la idea de que Lenin y
sus secuaces se habían limitado a encabezar una revolución popular que,
partiendo de la calle, había concluido con una democracia a medias.
La Revolución Rusa de Octubre comenzó con la toma del
palacio de invierno de San Petersburgo el 25 de octubre de 1917, pero esta
fecha corresponde al calendario juliano vigente en el imperio ruso, después
abolido por el Gobierno bolchevique. Sin embargo, para el resto del mundo, bajo
el calendario gregoriano, los sucesos se iniciaron el 7 de noviembre de 1917.
Como podemos ver al comienzo de la película Anastasia
y en el fragmento de la película Octubre de S,Eisestein, el proletariado derribó
la puerta del palacio y entró en este, enfrentándose a los soldados. Los
soldados disparaban mientras se acercaban pero, una vez dentro, no hubo ni un
solo disparo. Para hacer más ridícula su defensa, ni siquiera estaban cerradas
las puertas del palacio.
El Gobierno mientras tanto estaba reunido discutiendo
si nombraba un Dictador, tal como hacía la República romana cuando se
encontraba en peligro. Este debate fue interrumpido cuando se abrió la puerta y
entró un hombre con gafas y melena pelirroja, joven y de rasgos finos aunque
con la camisa muy sucia. Era el jefe de la operación de asalto, Vladimir
Antonov-Ovseenko, que pronunció las históricas palabras: “En nombre del Comité
Militar Revolucionario les pongo a todos bajo arresto”. Se había producido el
cambio de poder.
Pero el nuevo poder no tenía todavía el contro pues la
situación se le fue de las manos a Antonov-Ovseenko. El Palacio de Invierno le
venía grande. Se produjeron pillajes de obras de arte, pero sobre todo de
vajillas, alfombras, sábanas y cortinas, escenas de indisciplina intolerables
para la moral bolchevique.
En la película de Disney, Anastasia, concretamente en
los primeros cinco minutos, se hace referencia a la toma del Palacio de
Invierno. En ella se estigmatiza a la Revolución Rusa, manteniéndose que fue
culpable una maldición de Rasputín y no la necesidad del pueblo ante el
totalitarismo zarista.
Sí que es cierto que Rasputín afirmó a la zarina
Alejandra que si él moría, la dinastía Romanov no duraría más de dos años en el
poder, pero no en forma de amenaza, pues él nunca tuvo una relación de enemistad
con la familia.
Además se afirma la bondad de la familia del Zar,
pasando así por alto las estadísticas históricas que demuestran el sufrimiento
al que sometían al pueblo.
En conclusión, la
toma del Palacio de Invierno simboliza ese golpe, ese asalto al poder que acabó
con la instauración, en buena parte del antiguo Imperio ruso, tras la Guerra
Civil, de la URSS, la primera dictadura del proletariado de la historia de la
humanidad.
Helena Martínez 4ºA
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