Anastasia:
Cuando en febrero de 1917 estalló la sangrienta revuelta
popular bolchevique en Rusia, Nicolás II había perdido por completo el contacto
con la realidad de su país, y abdicó el 2 de marzo. El Zar y su familia fueron
detenidos y recluidos en una casa de Ekaterimburgo, donde permanecieron hasta
el 17 de julio de 1918, cuando fueron brutalmente fusilados por la llamada
Guardia Roja, los bolcheviques. Los Romanov, por tanto, no murieron la noche en
que la multitud atacó el Palacio de Invierno, como se sugiere en la película.
Primera incongruencia histórica.
La Familia Real estaba formada por Nicolás II, Alejandra y
sus hijos: las princesas Olga, Tatiana, María y Anastasia, y el heredero del
trono, el pequeño Alexéi, enfermo de hemofilia. Todos ellos fueron asesinados
en el sótano de la casa que servía de prisión: según los testimonios, las
princesas tuvieron que ser rematadas a bayonetazos debido a que sus corsés
impidieron que murieran con los primeros disparos. Anastasia tenía 17 años en
el momento de su muerte, no 8. Segunda gran incongruencia de la película de
Bluth.
El personaje del antagonista de la película posee, también,
gran interés. Se trata de Rasputín, presentado en el filme como una especie de
hechicero, descrito como “un farsante, ávido de poder y peligroso”. Cuando
Nicolás le acusa públicamente de traidor, Rasputín le maldice “por los oscuros
poderes que habitan en él”, asegurándole su muerte y la de su familia antes de
quince días. Y continúa relatando la abuela de Anastasia: “Consumido por su
odio a Nicolás, Rasputín vendió su alma a cambio del poder para destruirles”.
Las palabras se acompañan de impactantes imágenes de esqueletos, diablos verdes
y risas maléficas. Durante el resto de la película, el único afán de dicho
personaje es acabar con la vida de Anastasia. La Revolución rusa queda así camuflada
por medio de una historia increíble de conjuros y hechicería.
Pero, en realidad Rasputín era la persona más influyente de
la Corte de la Rusia Imperial en la época en que vivía Anastasia. Grigori
Rasputín, apodado “el Monje Loco” por su supuesta relación con la magia negra,
era el consejero de la zarina Alejandra, un hombre caracterizado por sus
excelentes artes de seducción, que contrastaban con su apariencia tosca. Era el
único capaz de cortar las hemorragias del príncipe Alexéi, enfermo de
hemofilia, mediante una “hipnosis curativa”, ganándose el favor real,
especialmente el de la zarina. Cuando la situación de Rusia comenzaba a ser muy
tensa, la Corte pasó a considerar nefasta la influencia de Rasputín sobre los
zares, y el príncipe Félix Yusúpov le tendió una trampa para asesinarlo, el 17
de diciembre de 1916. Contrariamente a lo que se sugiere en la película, los
Romanov lloraron su muerte.
No obstante, es cierto que existió un enfrentamiento entre
Nicolás y Rasputín poco antes del asesinato del segundo, debido al escándalo
que se produjo tras la divulgación, por parte de Rasputín, de cartas íntimas
que la zarina y sus hijas le habían enviado. El rumor de que el monje había
mantenido relaciones sexuales con ellas se extendió como la pólvora por la
Corte, y Nicolás lo envió como peregrino a Palestina, para alejarlo
temporalmente de su familia.
Octubre, la toma del palacio de invierno
La toma del palacio de invierno escrita por S. Einsestein es
un fragmento de la película “Octubre” en la cual, a diferencia de la película
de Anastasia, comentada anteriormente, se da un punto de vista a favor de los
manifestantes (bolcheviques) que estaban asaltando dicho palacio en el cual se
muestra la desesperación que tenían los bolcheviques por entrar al palacio de
invierno, en pleno centro de San Petersburgo, el cual era la sede del gobierno
provisional, controlado básicamente por los socialistas mencheviques,
moderados, partidarios de posponer la revolución obrera socialista y apoyar en
Rusia el establecimiento de un régimen democrático liberal. El programa de ese
gobierno provisional también incluía mantenerse en la Gran Guerra, junto a los
demás aliados de la Entente. La guerra era muy impopular. Los bolcheviques
supieron capitalizar ese rechazo. La toma del Palacio de Invierno simboliza ese
golpe, ese asalto al poder que acabó con la instauración, en buena parte del
antiguo Imperio ruso, tras la Guerra Civil, de la URSS, la primera dictadura
del proletariado de la historia de la humanidad. Hay una escena de la película,
en el momento en el que se está ascendiendo por la verja que un hombre, pisa la
corona, y esto simboliza la caída de la que se hablaba anteriormente. En esta
película no existen anacronías tan claras como las de Anastasia, pero, la parte
en la que Lenin sale hablando, existe el rumor de que en realidad no estuvo en
dicha toma
Para concluir, hay diversas formas de ver la historia, y de
contarla según al público al que va destinada, siempre, al contar un hecho se
tiende a maquillarlo, a magnificarlo todo un poco, y aunque ocurra de forma
inconsciente se tiende a elegir entre un bando y otro.
Andrea Díaz 4ºA
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